Te has preguntado alguna vez ¿Por qué los perros dan vueltas en círculos y son tan selectivos a la hora de hacer popó? Seguro que sí, y es que es una actitud graciosa que se repite en casi todos los perritos y que despierta la curiosidad tanto a sus dueños como a la gente que se cruza en su paseo mientras “van al baño”.
Pues este ritual tiene un significado, que descubrieron unos científicos de una Universidad llamada Universidad de Ciencias de la vida, en Praga. Al juntar, observar y grabar a 70 perritos y perritas se dieron cuenta que siempre hacían sus necesidades apuntando a la misma dirección.
¿Qué? ¡Qué!
Sí! Los perros son sensibles al campo electromagnético de la Tierra. Por eso necesitan realizar esa especie de ritual: para geoposicionarse y sincronizarse con el planeta.
¿No te parece increíble? Nuestro perro es una brújula perfecta. Estos científicos e investigadores han alucinado con la preferencia de nuestros peludos de hacer sus necesidades con el cuerpo alineado bajo el eje norte-sur, siempre bajo condiciones electromagnéticas tranquilas, porque en días de tormentas los perros se confunden tanto que pueden tardar más en defecar, e incluso, no hacerlo.
Y ¿Por qué rascan el suelo después de hacerlo?
Si tu perro rasca el suelo, ya sea tierra, hierba o asfalto de forma simpática cuando acaba de hacer sus necesidades no es porque intente enterrar nada como hacen los gatos si no porque quiere marcar su territorio y dedicarle al resto de perritos un “Aquí estoy yo”.
Y es que no es casualidad que nuestros perros hagan sus necesidades en el mismo sitio, convirtiendo este acto en una necesidad comunicativa. Así, el siguiente perro que pase por ahí y olfatee las marcas se parará a hacer popó para acabar con esa información e implantar un nuevo “Aquí estoy yo”.
Ahora que sabes por qué a su perro le toma un tiempo elegir el lugar perfecto para defecar, es posible que tengas más paciencia esperándolo.
Por supuesto, su perro necesita tomarse su tiempo para defecar. Su tiempo tiene que ser correcto. Es posible que necesite oler, arañar o girar antes de prestar atención a la llamada de la naturaleza. La próxima vez que te sientas impaciente mientras tu perro decide dónde hacer popó, recuerda: sus complejos sistemas biológicos están trabajando juntos de una manera bastante sorprendente para eliminar el desperdicio y conectarlo con el mundo en general.
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